La verdadera razón para practicarse una cirugía plastica tiene que ver con las motivaciones psicológicas, los deseos de mejorar la autoimagen o autoestima y las perspectivas en las relaciones con la pareja o motivaciones laborales como principales argumentos en relación con la estética.
Suena muy claro, lo que corresponde a la cirugía reconstructiva en casos de accidentes con secuelas como quemaduras o deformidades secundarias o las malformaciones congénitas como el labio y paladar fisurado, con obvias perspectivas de mejoría para los pacientes.